Aprender de los filósofos clásicos en tiempos de pandemia
Los clásicos grecolatinos son guía y consuelo para estos tiempos de confinamiento
Los textos clásicos, leídos estos días, adquieren otros significados. Algunas reconfortan: «En la pérdida del amigo ni estén secos nuestros ojos, ni tampoco arroyen el suelo. Nadie está triste para sí solo”. Séneca (Córdoba, 4 a.C.-Roma, 55 d.C.), o sirven de guía: «La verdadera felicidad estriba en el libre ejercicio de la mente. La felicidad consiste en hacer el bien», sostuvo Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.). «La prudencia es el más excelso de todos los bienes», manifestó Epicuro (341 a.C.-271/270 a.C.). El filósofo griego confió en un placer razonable, buscó la tranquilidad del espíritu a través de la quietud, la ataraxia, según informa El Mundo.
Sobre algunas actitudes y comportamientos del hombre en la sociedad actual y cómo afrontar esta nueva situación habría que tener en cuenta lo que el español Séneca decía: «No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho….al empuje de la última hora inevitable sentimos que se nos ha ido aquella vida que no reparamos siquiera que anduviese”.
En este recorrido por el mundo de los clásicos, debiera detenerse el lector en Marco Aurelio (121-180), emperador sabio que dejó frases certeras para casi todo: «En primer lugar, nada hagas sin reflexionar ni sin finalidad; y por lo demás, no tengas otro fin sino el bien de la sociedad».